Desde el terreno: cómo el C4i transforma el contacto en soluciones

Abr 24, 20252025, Extensionismo y Difusión, Implementación Tecnológica, Noticias C4i

El Centro para la Industria 4.0 de la Universidad de Concepción (C4i) no se limita a analizar empresas desde una oficina. Las visitas a plantas, la realización de talleres y la interacción directa con toda la estructura organizacional —desde operarios y supervisores hasta gerentes y dueños— forman parte de algo que para el Centro no es solo un método, sino un principio: el trabajo en terreno. Es ahí donde se identifican necesidades reales, se activan soluciones concretas y se construye el camino hacia una pyme más eficiente, sostenible y conectada con su entorno productivo y estratégico.

Una visita técnica del Centro a una empresa manufacturera del Biobío comienza con una conversación: cómo funciona la planta, qué procesos están más exigidos, dónde se perciben cuellos de botella. Pero es al recorrer la línea de producción, al observar en tiempo real las operaciones, donde emergen los detalles que realmente importan: sensores desconectados, tiempos muertos no reportados o flujos poco coordinados. Ese nivel de observación solo es posible en terreno. Para el C4i, el trabajo con empresas no comienza con un diagnóstico remoto, sino con una visita. Como explica Ignacio Marchant, coordinador de proyectos del Centro: “El terreno permite que las tres áreas de trabajo del C4i se activen a partir de necesidades reales: el contacto inicial abre paso a soluciones contextualizadas, no genéricas.”

El trabajo presencial tiene un valor intrínseco: el de observar lo que muchas veces pasa desapercibido. Esto significa que el Centro para la Industria 4.0 no se restringe únicamente a validar lo que ya se sabe. Aporta una mirada crítica, técnica y con experiencia transversal en diversas industrias. No todos los centros tienen esta capacidad operativa: visitar, observar, conversar y construir soluciones desde el corazón mismo de las fábricas. Lo que se observa en una visita técnica no se queda en una libreta de apuntes. Se convierte en decisiones y a su vez, esas decisiones en resultados. “Todas las necesidades, problemáticas y brechas que se van detectando terminan en iniciativas que permiten generar soluciones a medida para pymes de todos los sectores”, comenta Ignacio Marchant.



Desde tecnologías accesibles hasta indicadores personalizados de desempeño, muchas de las herramientas que el C4i desarrolla o adapta nacen precisamente desde el trabajo en terreno. No hay diagnóstico sin contacto directo ni transformación sin escucha técnica. Proyectos enmarcados en las líneas de Extensionismo y Difusión Tecnológica, como es el caso de Fortalece Pyme Biobío que, además de impactar a 300 empresas, abrió paso a nuevas escalas operativas dentro del marco de la Implementación Tecnológica. En el proyecto “Manufactura Avanzada: Mayor Productividad en Pymes”, iniciativa que implementó gratuitamente tecnología productiva en empresas del Biobío, se diseñaron y desarrollaron paquetes tecnológicos para implementación con intervención mínima en la red de alimentación de la maquinaria en las pymes beneficiarias. Al mismo tiempo destaca Red de Fomento Sostenible (RFS), una articulación interregional orientada a acompañar a pymes en la adopción de tecnologías avanzadas. En este espacio, el trabajo en terreno ha sido la clave para identificar brechas, adaptar soluciones y proyectar mejoras operativas de manera realista y contextualizada.

En un territorio donde el avance equitativo de las transformaciones tecnológicas son un desafío imperante, el terreno no es una etapa: es un punto de partida en donde se observa, se detecta, se internaliza, se ajusta y se implementa. Se comprende. Por eso el C4i hoy pisa el terreno con una convicción que responde a 6 años de trayectoria, en donde se ha tomado con la seriedad que corresponde cada etapa de sus líneas de acción.