En nuestro segundo capítulo de “Hacia una Industria 4.0” conversamos con Ignacio Marchant, extensionista del sector forestal-maderero del Fortalece Pyme Biobío, programa de Corfo orientado a impulsar la transformación digital de las pymes de la Región.
¿Cuál es tu rol en el Fortalece Pyme? ¿Cuál ha sido el trabajo que se ha estado desarrollando?
Ignacio Marchant: Mi trabajo consiste en apoyar a toda la cadena de valor del sector forestal maderero, en este caso, como un extensionista senior del programa de transformación digital de Corfo, que es la Red Asistencial Fortalece Pyme Biobío.
Estamos enfocados en este año en todo lo que es el área productiva de las empresas porque el primer año fue abordada de una manera más general, con soluciones tecnológicas que ya existían, y nos dimos cuenta a partir de las mismas necesidades de las empresas, en conversaciones con ellas, que hay falta de mano de obra y distintas problemáticas, por lo que tuvimos que empezar a ejercer el rol de vinculación de estos centros de extensionismo y a partir de eso, levantar capacidades para dar solución a sus necesidades.
Tenemos ad portas un programa de fortalecimiento de capacidades en el área de secado, es decir, el secado de maderas enfocado a los aserraderos y a las plantas de secado que prestan servicios, principalmente en el sector de los Ángeles, que es donde concentramos la mayor cantidad de masa crítica de las empresas. Asimismo, estamos desarrollando otra para cepillado que nos permite abarcar tanto aserraderos como plantas de remanufactura y, para el caso de las mueblerías, estamos en conjunto con el CFT Lota Arauco empezando a cuajar una capacitación en todo lo que es mesa de corte CNC, similar a la capacitación que se hizo con el sector metalmecánico y también estamos abarcando la parte previa de todo lo que es la mueblería que tiene que ver con el diseño de las piezas.
¿Cómo ha sido la recepción del sector forestal-maderero? ¿Cuántas empresas están participando de este proceso?
Ignacio Marchant: Este año decidimos ampliar un poco el rubro. Son más de 70 empresas ya y el año pasado estábamos bordeando las 60, por lo tanto, se han incorporado un poco más de 12 empresas nuevas, principalmente del sector de construcción y también del sector de aserrío. En su mayoría son empresas de Arauco porque es un sector que está más alejado y no tiene el foco encima como si lo tiene la provincia de Concepción y la provincia del Biobío.Quisimos abordar un poco más la ayuda hacía ese lado. Por ejemplo, abarcamos desde la parte forestal, que también estamos avanzando con eso en conjunto con la Corma; entramos a la parte de aserraderos, remanufactura, mueblería, construcción, empresas de venta de maderas tipo barraca y también uno que otro proveedor tecnológico o que esté vinculado a la cadena de valor, que puede ser una empresa de transporte, por ejemplo, hay una en específico que está enfocada en la venta de drones tanto para agricultura como para la parte forestal.
¿Estas actividades que me mencionaste son abiertas a todas las empresas independiente del sector al que pertenezcan?
Ignacio Marchant: Todo tiene requisitos, vamos estableciendo distintos niveles de capacitación. Por ejemplo, la capacitación de secado está enfocada para empresas que tienen cámaras de alta tecnología o convencionales, entonces es algo más específico, pero es de un nivel mucho más técnico, con evaluaciones, conceptos de termodinámica, transferencia de calor y conceptos teórico-prácticos para que entiendan lo que suceden en los procesos de secado que ven día a día los operadores. A diferencia de las capacitaciones que veníamos haciendo de 12 y 16 horas, ésta va a ser mucho más extensa y durará 64 horas. La ventaja que tiene es que es en conjunto con la empresa Arauco, la que gestionó al especialista, José Pezo, experto en el área de secado,y que también nos está proveyendo con el espacio para hacerlo en conjunto con los operadores de Arauco y las pymes de nuestro programa.
¿Cómo ha sido la recepción del programa y de las actividades que se están realizando?
Ignacio Marchant: En general, super buena. Hay mucho interés de digitalizar sus empresaspero siempre va por un lado más productivo. Las mueblerías y todo lo que tiene que ver con ventas de madera es mucho más cercano al cliente final que a un proveedor en específico y necesita de otros canales, por ejemplo, todo el tema de presencia digital, apoyarlos con sitios web, con redes sociales, estrategias de marketing, plataformas de gestión de tareas o clientes, etc. En tanto, la parte de aserraderos y remanufactura tienen un enfoque más productivo.
Siempre van a haber empresas que no están interesadas en digitalizarse, la idea es avanzar con aquellos que están más interesados sin dejar de lado a las empresas que pueden requerir un apoyo puntual ya sea mediante pequeñas implementaciones o acercándolos a las nuevas tecnologías a través de capacitaciones, la intención es siempre estar empujando y llevarlos al siguiente estándar de digitalización.
¿Cuáles son tus proyecciones como extensionista del área forestal-maderera?
Ignacio Marchant: Buscar proveedores tecnológicos, recientemente incorporé a uno que tiene soluciones enfocadas para el área de aserrío y remanufactura. Estoy en deuda con las otras partes, ese es uno de los desafíos que tengo, abarcar la parte del sector forestal y mueblería, tengo capacitaciones para eso, pero no tengo proveedores tecnológicos. La idea es armar una cartera completa y mejorar la articulación del sector forestal-maderero para orientarlos y vincularlos con el proveedor más indicado para su necesidad particular.
En esa etapa de buscar un partner tecnológico, ¿hay un proceso de búsqueda que se adecue a las empresas forestal-madereras?
Ignacio Marchant: Sí, y también hay una complejidad que tener presente y es que son pymes, entonces no tienen los mismos recursos para poder apuntar, por ejemplo, a un proveedor tecnológico que sea de los que proveen a Arauco. Estamos hablando de ordenes de magnitud de diferencia, podemos estar hablando de 100 mil dólares versus algo que puede costar 1 millón de dólares. Lo de 100 mil dólares es algo que generalmente pueden alcanzar los aserradores y remanufactura por los ingresos que manejan, y pueden reestructurar todo accediendo a distintos fondos, a diferencia de la otra tecnología que puede tener algo pensado en industria 4.0, que es a lo que nosotros queremos apuntar, pero que no está al alcance de las pymes, como por ejemplo escáneres que funcionan con
inteligencia artificial o sistemas láser que permiten automatizar el proceso e incluso generar un proceso de selección en base a la calidad de las piezas que van saliendo de la línea de aserrío y/o remanufactura. Siempre tenemos que tener esa precaución al cuando estamos buscando proveedores tecnológicos.
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